Chess-Poker

El poker y la suerte

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pregunta: ¿El poker es un juego de suerte?

Respuesta: El poker es un juego de habilidad y de suerte.

El poker se podría definir como un juego de suerte donde la principal cualidad de los jugadores ganadores es su habilidad para jugarlo.

Vamos por partes…

Lo primero que hay que comprender es que le poker es un juego de información incompleta. Es decir, no conocemos TODA la información en un momento determinado de una determinada mano. Ese vacío de información la tenemos que “rellenar” con algo ¿Con suerte? NO, con probabilidad.

 

Cuando tenemos que hacer un movimiento, debemos tener la habilidad para combinar la apuesta correcta con la probabilidad de que el suceso ocurra.

Es decir, que de nuestra habilidad para jugar al poker (saber jugar al poker) depende que decidamos ir a una mano o no hacerlo, si decidimos ir, de nuestra habilidad depende saber cuál es la cantidad de dinero (o fichas) que debemos apostar. ¿Si sale la carta que necesitamos para ganar y ganamos significa que somos buenos jugadores? NO. ¿Si no sale la carta que necesitamos para ganar y perdemos significa que somos malos jugadores? TAMPOCO.

Un buen jugador de poker se reconoce por su habilidad por tomar las decisiones correctas y NO porque gane o pierda. Claro está que un buen jugador tendrá tendencia a ganar mientras que uno malo tendrá tendencia a perder.

 

Un parámetro muy importante a considerar para comprender qué es la suerte en el poker es el número de manos jugadas.

Cuanto más manos juguemos, menos influirá la suerte en nuestros resultados, por el contrario, cuanto menos manos juguemos, más influirá la suerte.

Por eso se dice que un buen jugador de poker es ganador a largo plazo, cuando

ha jugado las suficientes manos como para compensar la mala suerte. Como dijo en una ocasión un gran jugador: “No quiero tener suerte lo que quiero es que no esté en mi mesa”.

Entonces… ¿Existe la suerte en el poker? Sí, pero la habilidad prima sobre ella.

 

Y para terminar, y haciendo frente a la cuestión que nos aborda: -“Amigo Carreño, ¿tú crees en la suerte?”- Sí, sí creo en la suerte, pero prefiero no contar con ella por si ella no cuenta conmigo 😉

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