Otro tipo de peón débil es el peón retrasado, que es aquel que, aunque tienen peones de su bando en las columnas adyacentes, se encuentra más atrasado que éstos, de modo que no puede ser defendido por ellos. Este tipo de debilidad es a menudo poco importante, salvo que el peón se halle en una columna semiabierta, en cuyo caso puede ser objeto de ataque, como en el siguiente diagrama:
En todo caso, el principal problema del peón retrasado no es su posible pérdida, sino la debilidad de la casilla que está delante de él, lo que queda de manifiesto en la siguiente partida, excelentemente conducida por Anatoli Karpov: Karpov,A – Parma,B
Capablanca, en su libro «Fundamentos de ajedrez» da un claro ejemplo de como aprovechar la mayor actividad de las piezas mayores a la hora de atacar un peón retrasado. Él estudia la posición que se da tras las jugadas 1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.0–0 Cxe4 6.d4 b5 7.Ab3 d5 8.dxe5 Ae6 9.c3 Ae7 10.Te1 Cc5 11.Ac2 Ag4 12.Cbd2 0–0 13.Cb3 Ce6 14.Dd3 g6.
Dice Capablanca, que más adelante en la partida, cuando las blancas lleven uno de sus caballos a «d4», pueden forzar el cambio de ambos caballos y luego el de los alfiles. Con ello se llegaría a una posición análoga a la del siguiente diagrama:
Dice Capablanca: «Tenemos aquí un caso de peón retrasado en c7 que no será posible avanzar a c5.
Semejante posición puede considerarse perdida desde el punto de vista estratégico, y en la práctica, un buen maestro la ganará invariablemente.»
Tras unas pocas jugadas, la posición podría adquirir el siguiente aspecto: Las piezas negras se encuentran fijadas, o sea inmovilizadas en sus puestos. Si el blanco juega Dc3 su adversario tendrá que responder con Dd7 para evitar la pérdida de un peón (Txd5), y si entonces la dama blanca regresa a a3, las negras deberán responder igualmente Db7. Así pues las jugadas de las negras dependen enteramente de lo que hagan las blancas, y a éstas en tales condiciones, les será fácil avanzar sus peones f4 y g4, forzando la réplica …f5 de las negras para detener el posterior avance f5. La posición resultante de todo esto sería la siguiente:
Ahora la partida podría continuar así: 1.gxf5 gxf5 2.Df3 Dd7 [Las blancas amenazaban ganar un peón con 3.Dxd5. Las negras no podían jugar 2…Tf8 a causa de 3.Txc6] 3.T5c2 Tg6 4.Tg2 Rh8 5.Tcg1 Tcg8 6.Dh5 Txg2 7.Txg2 Txg2 8.Rxg2 Dg7+ 9.Rh2 Dg6 10.Dxg6 hxg6 11.b4 y las blancas ganan.
Si en la posición del último diagrama, jugasen las negras, podrían defender su peón con 1…Tf8 y entonces las blancas deberían jugar 2.Df3 (con la amenaza 3.Txc6) tras lo cual llevarían su rey a g3 para efectuar la ruptura mencionada. Las blancas podrían obtener una posición como la siguiente: Las negras se verían forzadas a jugar …Tc8 y su contrincante por medio de Dc2 seguido de Rf3 forzaría el cambio …fxg4 obteniendo así una ventaja todavía mayor.
A propósito he omitido las jugadas intermedias que conducen a dichas posiciones, para que el lector se acostumbre a imaginar rápidamente por su cuenta las diversas estructuras que puedan darse en una partida determinada. Así aprenderá a concebir planes estratégicos e irá progresando hacia la maestría. La práctica de esta clase de ejercicio le será sumamente provechosa.
Hasta aquí la lección magistral de Capablanca.
Consideramos que es un excelente ejemplo de maniobras para aprovechar la pasividad de las piezas que defienden una debilidad en el ala de dama y preparar un ataque en el otro flanco.