Cuando ambos bandos han enrocado por distintos flancos, la lucha adquiere un carácter muy agudo. Cada jugador trata de abrir brecha en el enroque adversario, frecuentemente mediante el avance de los peones, y generalmente logra el éxito quien consigue llegar primero. En tales circunstancias es muy importante no haber movido los peones del propio enroque, para no dar ocasión al adversario a realizar una ruptura que abra columnas. Ya vimos, al hablar de las columnas abiertas, el siguiente ejemplo:
Las blancas consiguen un ataque ganador en pocas jugadas con 1.g4 seguido de g5. Lo que hace que las blancas pueden destruir tan rápidamente el enroque adversario es la presencia del peón negro en h6. Si colocáramos el peón en su casilla original h7 y el caballo en f6 lo trasladáramos a f8 (de otro modo las blancas pueden jugar Axf6 seguido de Dxh7), la posición de las negras sería completamente sólida.
Así pues, la apertura de columnas y diagonales contra el enroque adversario es un objetivo primordial en la lucha con enroques opuestos, como puede verse en la partida Vallejo Pons,F – Campora,D
Otro ejemplo lo tenemos en la siguiente posición:
Gracias a la presencia del peón negro en h6, las posibilidades de las blancas son superiores. El plan será abrir rápidamente la columna «g» mediante el avance g4-g5. Gufeld,E – Zamikhovsky
Cuando ninguno de los dos bandos ha movido sus peones del enroque, la ruptura es más difícil de lograr y entonces tiene gran importancia la posición activa de las piezas, que deben buscar el debilitamiento del enroque adversario como paso previo a la apertura de líneas, aunque a veces esto solo puede lograrse mediante alguna combinación, como puede verse en el siguiente ejemplo: Las blancas tienen sus piezas mejor colocadas para el ataque sobre el enroque, pero la apertura de líneas solo es posible mediante una combinación 16.Axh7+ Cxh7 17.g6! Averbakh,Y – Sarvarov
La Defensa Siciliana es una apertura donde se dan con frecuencia posiciones con enroques opuestos y la variante del dragón una de las más agudas. Una posición crítica se produce tras las jugadas 1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 g6 6.Ae3 Ag7 7.f3 0-0 8.Dd2 Cc6 9.Ac4 Ad7 10.0-0-0
La partida presenta una posición con enroques opuestos. Las blancas intentarán abrir líneas en el enroque adversario, especialmente la columna h, mediante el avance h4-h5, preparándolo con g4 o directamente, sacrificando el peón a cambio de abrir la columna. Ello es posible por la situación del peón negro en g6 que favorece la apertura de columnas. El alfil negro en g7 es una pieza importante, tanto desde el punto de vista defensivo, como desde el agresivo, pues puede colaborar de forma muy importante en el ataque negro contra el enroque. Por ello, casi siempre las blancas deben intentar el cambio de esta pieza con Ae3-h6.
Por parte de las negras, el ataque debe ser llevado de otro modo. Los peones blancos del enroque no se han movido, y por tanto el ataque de peones con a6-b5 es demasiado lento y poco efectivo. Lo adecuado es un
ataque con piezas, por ejemplo con …Tac8, Ce5 y Cc4 o …Da5.
Veamos varias partidas que ilustran los procedimientos del ataque para ambos bandos. En primer lugar una partida donde las negras equivocan completamente su estrategia, tratando de atacar con peones en el flanco de dama. Como consecuencia, el ataque de las blancas resulta mucho más rápido. Katetov,M – Golombek,H
La segunda partida, muestra el ataque de las negras mucho mejor llevado. Principalmente son las piezas las que llevan el peso de la ofensiva, y solo el peón b sirve de ayuda, no tanto para abrir líneas sino para expulsar el caballo defensor de c3. Las blancas, en cambio, conducen el ataque en el flanco de rey con poca energía: Suetin,A – Szabo,L
Como ya hemos dicho, en estas posiciones, el alfil negro de g7 es una pieza muy útil, ya que realiza funciones tanto defensivas como ofensivas. Si las blancas logran cambiar este alfil, su ataque se acelera notablemente. Si las negras lo conservan, el ataque blanco es bastante más lento. En ocasiones, las negras pueden incluso sacrificar la calidad para evitar que dicho alfil sea cambiado, como ocurre en el siguiente ejemplo, donde además se comprueba la forma de llevar el contraataque de las negras: Panov,V – Simagin,V
Finalmente, en la siguiente instructiva partida, las blancas hacen un notable esfuerzo para cambiar el alfil negro. Es además un buen ejemplo de las complicaciones que suelen ocurrir en las posiciones con enroques opuestos, donde a menudo una imprecisión a la hora de llevar el contrajuego, puede ocasionar la derrota: Illescas,M – Martin Gonzalez,A 1-0