La gran final del XXIII Magistral ‘Ciudad de León’, al igual que el año pasado, mantuvo una emocionante lucha hasta el último momento. Los finalistas empataron las dos primeras partidas. En la tercera Aronian obtuvo la victoria, jugando con las piezas blancas. Quizá demasiado relajado, con la sensación de ya las tablas le servían, en la siguiente fue vencido por Gelfand, que esta vez tenía blancas. Así el marcador quedó igualado en las partidas regulares y fue necesario disputar un desempate a dos partidas relámpago. Boris Gelfand ganó ambas y se coronó campeón. Como en las rondas anteriores, las partidas comentadas están en la parte inferior, en el cuadro de partidas.

Aunque el duelo de Nadal parecía que iba a concentrar la atención de la mayoría de los aficionados al ajedrez, sin embargo pronto se disiparon las dudas cuando, a medida que transcurrían los primeros minutos de la tarde la sala sinfónica del Auditorio Ciudad de León iba concentrando a un numeroso público cuyos interese se repartían entre el ajedrez y el tenis pero que veían ya sus esperanzas cumplidas cuando Nadal barría literalmente de la cancha a Solderling.
Gelfánd, campeón en el desempate
Cortesía de Miguel A. Nemopuceno
Primera partida, Aronián- Gelfánd (1/2-1/2). Mientras la concejala de deportes Natalia Picallo hacia el simulado saque de honor, Aronián miraba de soslayo a su caballo de rey con el que iba a hacer su primer movimiento. La tarde se presentaba algo más atractiva que ayer donde todos los grandes maestros y aficionados coincidieron en señalarla como una de las semifinales más larga, tediosas y aburridas de la historia del magistral. Pese a que ambos grandes maestros lucharon lo indecible por conseguir arrancar el punto pero manteniendo las distancias, el respeto, y por qué no decirlo, el temor a verse apeado del evento. La final tenía como aliciente añadido el enfrentar a dos clasificados para el próximo mundial lo que, en principio, siempre otorga un plus añadido de interés. Interés por otro lado que se esfumó a medida que transcurrían las dos primera partidas. Después de mover su caballo a f3, Aronián se dispuso a combatir contra una semieslava que Gelfánd siempre tiene dispuesta para las grandes ocasiones. Enroques opuestos y columnas abiertas sobre los enroques. Aronián entrega el peón g para abrir la columna de caballo sobre el rey de Gelfánd. Este intenta minar la abierta posición del monarca blanco.
Sacrificio de dos calidades del armenio sobre g7 y error de Gelfánd en 27 con c5?. Tras obtener dos peones a cambio de la calidad Aronián obliga a su rival a devolver el material para entrar en un final de A+ peón g contra rey sólo, que lleva a un empate en el movimiento 76 después de haber dejado escapar la posiblemente decisiva 55.Cf3.
Segunda partida, Gelfánd-Aronián, (1/2-1/2). Apertura PD, entrando en la catalana que ambos maestros parece que tienen en su arsenal. En el movimiento 18 el negro tras cxd5 consigue una cómo da igualdad. Pronto se entra en un medio juego maniobrero, y Gelfánd consigue eliminar el caballo de su oponente evitando algún disgusto. Y de nuevo las simplificaciones que dejan la posición igualada y «muerta». Tablas en la jugada 37. Anodina partida que no atrajo la atención en absoluto de la concurrencia.
Tercera partida Aronián-Gelfánd (1-0). ¡Y por fin una victoria!, que podríamos augurar como decisiva al ser en la tercera partida de esta match a cuatro. Vuelve Aronián a abrir con Cf3, siguiendo los cauces del primer encuentro. En la jugada 7 el israelí se aparta de lo ya jugado con dxc4 entrando en un medio juego en el que el blanco consiguió una ligera ventaja presionando en b7 así como más espacio. Tras abrirse la posición Gelfánd inició un ataque sobre el enroque blanco apoyado en sus alfiles. Insuficiente la maniobra y error de Gelfánd con 39-¦ Dc6? que deja escapar la ventaja adquirida. A partir de este momento Aronián no soltará la presa y entra en un final de alfil y peón de torre malo contra rey, similar al que Gelfánd consiguió salvar en la primera partida. Pero ahora las tornas se cambian y Aronián aplasta lentamente la defensa premiosa de Gelfánd obligándole al abandono en el movimiento 58. La cuarta partida puede ser de la máxima tensión.
Cuarta partida, Gelfánd-Aronián (1-0). Se confirmó el pronóstico. La cuarta partida tenía como principal aliciente que Gelfánd debía ganar a toda costa si pretendía tener algún chance en el desempate. Y así fue. Se jugó una apertura del PD Defensa Ninzoindia en su variante Rubinstein en la que ambos maestros no tuvieron problemas para llegar con igualdad al medio juego momento en que Aronián aprovechó para complicar el juego con 24. f4! Pronto Gelfánd comenzó a presionar en el flanco de rey abriendo la columna g Tras varios movimientos de tanteo Aronián consigue centralizar su dama y asegura el empate, pero, naturalmente eso es ficticio cuando el reloj sigue su curso inexorable y en la jugada 44 Df4??, Aronián se confunde y pierde un peón y poco a poco la partida al ir quedando en una posición insostenible. Con esta victoria in extremis Gelfánd empata el encuentro y se llega al desempate de dos partidas de diez minutos. La emoción ahora si está asegurada.
Primera partida de desempate, Gelfánd-Aronián (1-0). Gelfánd jugó PD y Aronián se defendió con una Nizoindia en la que la lucha se definió desde el mismo inicio. El tiempo volvió a ser decisivo para Aronián que no encontró su punto de concentración y acabó inclinando su rey en el movimiento 40.
Segunda partida desempate, Aronián-Gelfánd (0-1). Ahora los nervios fueron el mayor verdugo de Aronián que apenas si opuso resistencia a un Gelfánd seguro y preciso. Fue un PD semieslava en la que el blanco quedó con ventaja posicional que acabó por dejar sin tiempo a Aronián en un medio juego en el que el armenio apenas se enteró al tener que consumir demasiado minutos para encontrar las jugadas menos imprecisas. La bandera cayó y Gelfánd se alzó con el título. Un nuevo campeón en esta 23 edición que fue algo atípica en la segunda semifinal pero que ayer volvió a entrar en los cauces de las mejores del Magistral.
Vibrante Triunfo de Gelfand
El israelí remontó y tumbó a Aronián en el desempate
Cortesía de Leontxo García
Se supone que los reflejos de la juventud son una ventaja en los desempates, cuando a veces se alcanza el ritmo de dos movimientos por segundo. Pero el israelí Borís Gélfand, de 41 años, demostró que la experiencia también pesa mucho, y batió a su amigo armenio Levon Aronián, de 27, cuando todo indicaba que éste sería el ganador. Fue un duelo trepidante, que confirma al Ciudad de León como el torneo donde el ajedrez se convierte en espectáculo.
Hace un año nos marchamos del Auditorio en pleno éxtasis tras la inolvidable final entre el noruego Magnus Carlsen y el ucraniano Vasili Ivanchuk, que el primero ganó en la muerte súbita, tras siete partidas en cinco horas y media. “Nunca volveremos a ver una final tan emocionante”, se escuchaba entonces por los pasillos. Pero ha pasado sólo un año, y la apasionante final entre Gélfand y Aronián ha sido casi igual de emocionante: seis asaltos en cinco horas, y una evolución del marcador apropiada para arruinar o enriquecer a los apostantes.
Aronián fue muy creativo y agresivo con blancas en la partida inaugural, lo que obligó a su rival a ponerse en el mismo tono para no ser arrasado y forzar tablas con un bonito truco final de tablas por ahogado. Tras el nuevo empate sin mucha historia en el segundo asalto, el tercero fue otra vez apasionante: Aronián jugó muy bien, hizo gala de su estilo universal y su capacidad para alcanzar el virtuosismo en todo tipo de posiciones, y logró una victoria que parecía definitiva.
Pero, como el propio Gélfand explicó después, a veces es mejor tener que ganar a la fuerza: “Si te basta con hacer tablas, la presión psicológica puede ser mayor, porque no sabes bien cómo debes jugar. Si sólo te vale la victoria, en realidad la presión es menor, y juegas mejor”. Ciertamente, la clave del duelo probablemente estuvo en que el israelí aguanto la tensión mejor que el armenio, no sólo al ganar esa partida cuando nadie lo esperaba, sino al imponerse también, y con claridad, en las dos del desempate, a cinco minutos (más dos segundos de incremento).
Una de las peculiaridades de esta edición es que la final fue disputada por dos amigos, que volverán a enfrentarse (siempre que la ínclita e imprevisible FIDE no vuelva a cambiar el reglamento, como acostumbra) en la primavera de 2011, en los cuartos de final del Torneo de Candidatos al Campeonato del Mundo de 2012. Aronián sorprendió a los aficionados con esta reacción tras su derrota: “Si pierdes contra un amigo, en realidad has ganado, porque contribuyes a hacerle feliz. De modo que yo me siento muy bien ahora”.
Ambos se deshicieron en elogios a la organización. Gélfand: “Este torneo es un modelo de cómo debe ser el ajedrez cuando se convierte en un espectáculo. El Auditorio, el montaje del escenario, los comentaristas, la transmisión por Internet y televisión en directo, las presentaciones, las ruedas de prensa… todo es modélico. Y quiero subrayar que diría exactamente lo mismo aunque no hubiera ganado la final”. Aronián: “Volveré a León lo antes posible, sólo de vacaciones, y recomendaré a mis amigos que hagan los mismo. Estoy enamorado de esta ciudad. Y, por supuesto, el torneo es excelente”. Amén.
Página oficial: www.advancedchessleon.com y www.elajedrezdelfuturo.com