Salvador Juanpere presenta un libro en el cual relata como un juego de piezas proveniente de la Al-Andalus deriva en las primeras partidas al final del siglo X y principio del XI,
Salvador Juanpere Aguiló, presidente del Club de Ajedrez Castellar del Vallès de 1976 a 1996, siempre se ha sentido fascinado por la vinculación entre el juego de piezas blancas y negras y su país. De muy pequeño, mientras su padre practicaba este deporte, sintió a hablar de la existencia de la apertura catalana, y la voluntad de documentación lo trajo a coescrivir un primer libro donde repasaba los primeros sesenta años de existencia de una modalidad nacida por encargo el 1929, con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona. “Yo siempre hago la apertura catalana, entre otras cosas porque dicen que si la haces y jugara bien, no pierdes”, afirma este castellarenc con origen al Priorato, que reconoce que tiene más habilidades organizativas que ajedrecistas: “Jugar lo dejo para los que saben”, admite. Pero, como cualquier maestro del ajedrez, a Juanpere siempre le gusta ir algo más allá, y su perseverancia lo ha traído a experimentar un auténtico viaje en el tiempo: hasta el momento en que las torres, los alfiles y el peones dejaron de ser un elemento de decoración, en la Cataluña del final del siglo X y principio del XI, para empezar a definir una distracción y una pasión milenárias.
Dicen que Cataluña fue la puerta de entrada del ajedrez en la Europa cristiana y creo que este libro lo viene a demostrar”, explica Juanpere de Arnau de Tost y el juego de ajedrez de la colegiata de Sant Pere de Àger. Una historia novelada, esta, que ha ocupado buena parte de sus ratos libres de los últimos años, incluyendo viajes en varios lugares, como por ejemplo Córdoba, que lo han ayudado a inspirarse: “Casi todos los personajes existieron y la trama está basada en escenarios reales. He consultado mes de setenta libros para no dejarme ningún detalle”, añade, y está de acuerdo con la máxima que asegura que “la primera novela de cualquier persona, tenga la intención o no, es autobiográfica”. En su caso, el castellarenc se pone en la piel de Pere Bernat, el personaje que, por voluntad de Arnau Mir de Tost, dicta la historia a Mir Oliba.
Para otorgarle verosimilitud, Juanpere incluye en su libro algunos fragmentos de catalán antiguo, así como referencias a la historia de la Al-Andalus, la influencia del cual, aunque fuera en forma de ràtzias, fue capital para la entrada del ajedrez en Cataluña. También, tal como el mismo título indica, son esenciales las referencias al juego de cristal de roca que se encontró a la colegiata de Sant Pere de Àger, y que actualmente está expuesto al Museo de Lleida Diocesano y Comarcal. Juanpere encargó una reproducción al artista Joan Coderch, que es uno de los elementos principales del proyecto del Museo Nacional del Ajedrez, con sede en Castellar. Para hacer justicia con la historia, un euro de cada libro que se venda irá destinado a la rehabilitación de la colegiata.
Los interesados en adquirir el libro (25 euros) pueden contactar directamente con el autor en el email salvador.juanpere@gmail.com
Fuente: ajedrezcanarias.com