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El proceso de la apreciación

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Moviendo de arriba abajo por el algoritmo fundamental nos encontramos con el proceso de la apreciación en dos casos: junto a la apreciación inicial de la posición (el bloque 1) y junto al análisis de las posiciones que surgen después del cálculo de las variantes para la jugada-candidata siguiente (el bloque5).A primera vista, es natural suponer que nuestro razonamiento esté ocupado por el siguiente proceso característico de la apreciación:

  1. La recogida, el acopio, la formación, la acumulación de la cantidad máxima de la información sobre la posición.
  2. La formación de las conclusiones de valoración por medio del uso uniforme y deiguales derechos de toda esta información yen base de nuestro «diccionario» especial ajedrecístico de conocimientos.Sin embargo tal representación sufre por una inexactitud esencial.

Se encuentra que el ajedrecista incluso no puede comenzar el proceso de la apreciación,sin usar prioridades, prejuicios, o sea da preferencia a ciertos factores posicionalessobre otros.En los trabajos de la psicología encontramos,por la vía experimental, que son revelados dos mecanismos internos de la fantasía:anaxiomatización e hiperanaxiomatización (la conformada-depreciación y la apreciaciónaumentada de esta u otra información,también de uno u otro modo de la ejecución de la tarea).

Ambos mecanismos, siendo que estáncercanamente intercomunicados, funcionan variablemente junto a la ejecución por locual influyen en la actividad productiva intelectual.En este sentido intervienen como las leyes subjetivas, o sea dependientes de la voluntadde la persona.Una persona es capaz de percibir tal cantidadde los factores (los fenómenos, las noticias,los artículos) que no puede ser productiva nipensar, ¡si no hace una depreciación de ellos!

 

Sentados en el tablero, depreciamos, antetodo, toda la información no ajedrecística.Es importante también no pensar en las consecuencias posibles de la derrota o en elpremio del torneo, ya que los pensamientos semejantes tendrán la prioridad, y pueden perturbar la elaboración de las decisiones objetivas.Más si los procesos anaxiomático o hiperanaxiomático van a profundidad – sedes valoran unos elementos específicos (porejemplo, la debilidad del peón extremo en elflanco de dama) y se aumenta aún más elvalor de otros (por ejemplo, la disposición desprotegida del rey enemigo).

¿Podemos estimar objetivamente la posición,si estamos obligados a depreciar algo? ¡Claro, que si podemos! Apoyados en el conocimiento y la comprensión de los factores de la actividad, el ajedrecista estará en posición de dar prioridada estos factores, dar lo que ellos merecen realmente; separar en la posición lo más de prioridad.Lo principal acelera el proceso de su apreciación, y esto era notado ya porW.Steinitz.Separar los factores esenciales del éxito. Los factores claves de la posición.

Es necesario solamente recordar que los mecanismos de nuestro pensamiento tienenun carácter complicado, contradictorio, y queen ellos están empeñados ya los embriones de los juicios subjetivos, y estos mecanismos es necesario arreglarlos.De acuerdo a N. Krogius, los problemas anaxiomáticos e hiperanaxiomáticos son superados con el desarrollo del razonamiento crítico.

Si el pensamiento crítico esta insuficientemente desarrollado, el ajedrecistadeprecia todo, excepto la idea, que se ha apoderado de él.»Hay una tendencia estable estrecha del proceso pensador que lleva a la apreciación no objetiva de la posición» afirma Krogius.Es perjudicial también el otro extremo – la aspiración de tomar todo en cuenta y de nada de preciar.La excesiva amplitud de los procesos pensadores se caracteriza por la renuncia delas búsquedas de las señales escondidas y esenciales de la posición, las ideas originales.

El desenvolvimiento de los mecanismos anaxiomáticos e hiperanaxiomáticos conducen también a las manifestacione sdistintas del optimismo excesivo o del pesimismo.Incluso entre los maestros hay unos ajedrecistas que encuentran casi siempre posible, según ellos, contar con la mejor posición, aunque en realidad el juego es igual,y otros con una constancia un tanto envidiable atribuyen una importancia excesiva a las amenazas de parte del adversario

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